miércoles, 10 de agosto de 2011

Un café gratis

La máquina de café se habia vuelto a quedar con mi dinero. Busqué en los bolsillos, pero no encontré mas monedas. Además habia dejado la cartera sobre mi mesa. Me quedé remoloneando a la espera de que a alguién le apeteciese un café. Era aún temprano como para que nadie de la oficina quisiera un tentenpie de media mañana, y demasiado tarde para el desayuno.
- Que resaca, tio.
Mauro entró dando voces en la cocina. Tenía al rededor de los cuarenta, pero no habia superado su adolescencia.
- ¿Y eso? - le pregunté.
- Bueno, que mas que resaca es cansancio de anoche.
- Coño, invitate a un café y me lo cuentas. Solo y sin azucar.
El tipo puso un par de monedas en la máquina. Leyó los botones despacio. Los mismos que llevaba leyendo tres años. Pulsó dos.
- Ayer estuvimos en el bar de abajo, hasta que cerraron. Y luego nos fuimos a tomar algo por ahí con los camareros. Tambien se vino Virginia con nosotros.
- ¿La camarera esa morena, con los ojos verdes? Es guapisima.
- Si esa. Bueno, pues me la follé - dijo dandome un golpe en el pecho con el dorso de la mano y casi gritando.
Me pasó el vaso con café que salia en ese momento.
- Que cabrón. Mira que está buena - dije intentando disimular que su vida sexual me importa una mierda, y menos la de la camarera del bar a la que solo conozco de vista.
- Pues que fuerte. Vamos a su casa, nos metemos en faena y en esto que me bajo al pilón y meto mi cara entre sus piernas. Tio, tiene el coño mas peludo del mundo. En serio. Aunque eso ya se veia, por que no veas que pelotes negros tiene en los brazos.
Sonrio y le doy un trago al café. Tengo la sensación de que este va a ser el café gratis mas caro que me he tomado nunca.
- Y que clítoris, tio. Así, grande, como medio dedo. Una cosa enorme. Es el mas grande que he chupado nuna.
- ¿Como que clitoris?
- Coño, pues el clitoris, la pepita del amor. - Me dice. Noto indignación en su voz.
- No sabía que a ti te fuesen esas cosas.
- Comer coños es lo que mas me gusta ¿A ti no o que? A ver si vas a ser maricón - dijo a la vez que sacaba su café de la máquina.
- ¿Pero entonces no lo sabes?
- El que.
- Pues que Virginia es hermafrodita - miré mi vaso de café, que ya estaba por la mitad.
- Venga, venga. Que no me la cuelas.
- Pero si salió en la tele. Y en los periodicos. -dije con toda tranquilidad- Es la presidenta de una asociación.
Por un momento Mauro se quedó callado. Me cogió del hombro y me miró fijamente a los ojos.
- ¿Es eso verdad?
- Si, joder, lo sabe todo el mundo.
- ¿Me estas diciendo que me he pasado toda la noche chupando una polla enana?
- No, eso me lo estás diciendo tu.
Apuré de un trago lo que quedaba de café, tiré el vaso a la papelera y salí por la puerta.

3 comentarios:

  1. Qué bueno.Un golpe de efecto genial
    Sólo falta el video de esa canción que dice ...sorpresas te da la vida, ay...

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  2. Don Javier, muchas gracias. Espero que las vacaciones nos esten tratando bien.

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  3. De momento no va mal...a ver la 2ª parte del mes.

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