martes, 8 de marzo de 2011

Encuentro

Fueron coetáneos durante exactamente dos minutos y cincuenta y dos segundos.
Y en ese tiempo hubo una intensa mirada entre ellos que lleno la habitación que compartían de… (Aquí habría que echar mano de un imposible diccionario, donde al abrirlo, en lugar de definiciones pudiéramos encontrar delfines saltando hacia nosotros, mujeres esbeltas sonriendo antes de lanzarse al agua desde un trampolín a tres niveles de dificultad, niños en plena rabieta que están fuera de sí, pero que luego son calmados y se reconcilian de ese modo con el mundo…),…de ¿esclarecimiento, tal vez?
El anciano dejó de respirar nada más hubo apartado el recién nacido su mirada de él, y así, a la alegría que siguió al nacimiento del bebé, largamente esperado, le siguió una nostalgia cálida por la pérdida de su bisabuelo, que nada más fue allí a la búsqueda de ese postrer tesoro

2 comentarios:

  1. Javier, como sigas por ese camino, un día acabarás hablando del mineralismo.

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  2. La verdad es qué sí...
    yo creo que hay que dejar reposar algo los textos, y no funcionar tanto a base de arrebatos, pero bueno...de todo se aprende.

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