jueves, 24 de noviembre de 2011

Guardame el monedero


Llegué tarde, como siempre.  Carmen y su novio ya estaban esperandome.  Le di dos besos a ella.  Le dije “hola” a él.  Me parecía un imbecil, y supongo que yo a él, pero intentabamos llevarnos.  Carmen era una buena tía, siempre me habia gustado.  No era demasiado inteligente, pero era de esas tías que cuando te ven triste te dan ánimos, y sobre todo estaba muy buena.  Con dos ojos oscuros como fosas de cementerio, un pelo a juego y dos tetas mas grandes que su propia cabeza, a pesar de que no la sobraba ni un solo gramo de grasa en todo su cuerpo.  Y todo esto condensado en un metro y medio de altura.  Su piel era dorada.  Al menos la de los hombros y el escote.  Llevaba puesta una camiseta de tirantes.  Aquella noche hacía demasiado calor como para llevar otra cosa.

- Toma, guardame esto, anda, que este no quiere y no tengo bolsillos.
Me lo dijo señalando a su novio con una mano, mientras que con la otra me ofrecía su monedero.  Lo metí en mi bolsillo.
Eran ya mas de las once.  Decidimos ir a un bar de copas, de esos con la música muy alta y la luz muy baja.  Pedimos una cerveza cada uno.
- Marisa me parece una buena tía. Siempre está de broma - dijo el novio de Carmen.
- Si.  Aunque tiene la costumbre de arrimar mucho las tetas cuando besa - dije yo.
- Las tías que hacen eso me caen fatal.  Siempre calentando - dijo Carmen.
- Yo creo que lo hace sin darse cuenta - contesté dándole el último trago a la cerveza.
- Un poco golfa si que es. - dijo el novio de Carmen - Voy a mear.
Carmen y yo quedamos en silencio durante un minuto, hasta que vimos desaparecer a su novio entre la multitud.  Después se arrimó, pegando mucho su cuerpo contra el mio.
- Cuando una tía te arrima las tetas, sabe lo que está haciendo. - me susurró al oído al tiempo que ponia su mano en mi paquete - ¿Tienes bien guardado mi monedero?
- Eso no es tu monedero.
- Lo se.
Luego se quedó mirándome a los ojos.  Cuando volvió su novio, ella dijo que no quería otra cerveza y prefería irse a casa.  Sola.

2 comentarios:

  1. Me gusta la credibilidad que consigues darle a los personajes con los diálogos, me parece estar viéndolos ahí mismo,
    también me gusta el final, que parece a primera vista un final cerrado y tal vez no lo sea tanto, dejando toda una segunda historia en el aire

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  2. Efectivamente, la idea era dejarlo abierto, como un juego entre los tres personajes y el lector. Poner al lector como uno mas del grupo.

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