martes, 22 de febrero de 2011

EL PERGAMINO

EL PERGAMINO



¡¡ Hacia calor, mucho calor!!.
Cuando Guillermo, un muchacho despierto e inteligente, de unos catorce años de edad, muy fantasioso y bastante desobediente; Desoyendo los consejos de su madre para que se tumbara un rato a reposar la comida del mediodía, y no se fuera a la calle en las horas de la siesta, y cuando más con el calor que hacia, una vez noto que todo estaba quieto y en silencio, salió sigilosamente de la casa, procurando no hacer ningún ruido al abrir la puerta no lo fueran a descubrir y le detuvieran en sus intenciones.
Andando despacio, curioseando todo lo que le salía a su paso, se iba encaminado hacia lo alto de una pequeña colina que se encontraba no muy lejos de donde estaba en ese momento, era su lugar de juegos preferido ya estuviera solo, o, acompañado de alguno de sus amigos, principalmente de Ángel el más intimo.
Conforme subía la leve pendiente, volvía a menudo la cabeza por si aparecía Ángel, que como a él, no había manera de retenerlo en sus respectivas casas por lo menos un rato hasta que pasara aquel agobio de temperatura sofocante que suele hacer a esas horas centrales de las tardes en pleno mes de Julio.
Pero, ya había llegado casi a lo alto, y, no sólo no veía a su amigo Ángel, tampoco a ninguna persona conocida ni desconocida, porque por allí no pasaba nadie, estaba todo desierto a su alrededor, tan solo bajo la cuesta se veían las casas, que, junto a la suya, formaban una colonia de chalet a las afueras de un aquel pequeño pueblo, que estaba no lejos de la ciudad en donde residía el resto del año.
Miró por última vez hacia atrás antes de rebasar la cima de la loma, punto desde donde el paisaje cambiaba delante de su vista. Ahora, se extendía ante sus ojos una mediana meseta cubierta de hierba amarillo-verdosa que llegaba hasta a la falda de una montaña de laderas oscuras a las que cubrían un bosque de encinas.
Ya estaba en su meta: un enorme y viejo árbol donde solía pasar buenos ratos, buscó un lugar agradable a su sombra para sentarse y descansar del paseo dado,- aunque corto casado por la cuesta y el calor que le hizo sudar- al tiempo que esperaba a que apareciera alguno de sus amigos con quien entretenerse o jugar un rato.


Pero a aquel lugar no llegaba nadie, solo le acompañaba lo cantos de algunas chicharras y el ruido de algún que otro pájaro que piando que cruzara vertiginoso por aquel cielo azul claro que le cubría.
Buscó una posición más cómoda para su cuerpo, (el suelo era duro y pedregoso), que consiguió tumbándose boca arriba, mientras observaba distraídamente, el movimiento suave y acompasado de las hojas del viejo y solitario árbol que movían las escasas corrientes del aire caliente que por allí se respiraba.
Dejó de mirar a las hojas al llamarle más la atención una mariposa amarilla de grandes manchas negras y otros colores más vivos que adornaban sus alas, esta se le posó confianzudamente en la punta de su zapato; Guillermo se quedó inmóvil, era consciente de que al más leve movimiento, la mariposa levantaría de nuevo su vuelo para irse a otro lugar. Se alegraba de la colorida y silenciosa compañía, pero no le duró mucho este pequeño placer, pues inconscientemente, inclinó su cuerpo, y como había temido, la mariposa dejando de peinarse sus largas antenas con sus patas delanteras, remontó un vuelo zigzagueante con rumbo a donde sólo ella sabía.
Pensó, que si por allí estaba aquella mariposa, sin duda también deberían de haber otra clase de seres vivos aunque no los viera, para matar el aburrimiento, se ideó un juego solitario que consistía en ir descubriendo la mayor cantidad de animales que le rodearan, para eso, sólo necesitaba una cosa: concentrarse un poco en la naturaleza para ir encontrándolos.
Empezó su busca por lo seguro: se dirigió hacia las chicharras que allí seguían cantando, vio a dos de ellas casi juntas absortas en sus cantares, estas al notar su cercana su presencia, enmudecieron.
Enseguida vio varias moscas, también mosquitos y alguna abeja, luego se fijó en el suelo buscando hormigas; allí estaban, unas formando sus perfectas filas movían sus pesadas cargas hacia el hormiguero, las otras, unas vez descargadas y de vacío en sentido contrario en busca de más comida, hacían lo mismo otras clases de insectos que marchando de un lado para otro en sus laboriosos y útiles trabajos y el mismo fin: guardar alimento para el próximo largo y frío invierno .
Volvió a prestar atención a los ruidos de los pájaros, levantó su vista para observar detenidamente sus movimientos, viendo pasar golondrinas, gorriones incluso un gavilán.
¿Habrán águilas?. Se preguntó
A esta cosa, al darle los rayos del sol, lanzaba un resplandor muy intenso, parecido a los que reflejan los espejos cuando jugando se quiere cegar a alguien.
Aquel objeto estaría hecho de diamante, tal era la cantidad de luz iridiada que desprendía. Eso era, diamante puro envuelto en una nube de vapor, se convenció Guillermo en su fantasía.
Como le daba miedo mirar de frente a lo que le tocara, esperó a que le dieran la vuelta completa, pronto lo hicieron, para quedarse ahora tendido a lo largo del suelo boca arriba con su nuca pegada en tierra.
Cuatro, seres, personas, animales, cosas, -¿que sabia él lo que aquello era?,- le rodeaban, no eran feos ni guapos, eran distintos a todo lo que él, hasta entonces había visto en su no muy larga vida..
Asimismo notó que de sus cuerpos salía también vapor, que a los pocos segundos se convertía en aire trasparente. Parecían setas en movimiento, se apoyaban en unas extremidades n forma de tentáculos que naciendo en su parte superior llegaban al suelo, uno de estos seres, no dejaba de apuntarle constantemente con uno de aquellos tentáculos.
Guillermo lo miraba fijamente, acobardado, temiendo le ocurriera algo peligroso y desconocido, se fijaba en el extremo del tentáculo que le señalaba donde había una especie de mancha y no el cañón de un arma de fuego como temía.
No tardó en deducir que aquello no le dispararía, que serían sus ojos que le miraban, y; para asegurarse de esto, cogió del suelo una piedra, la lanzó en dirección contraria a donde se encontraba el grupo, todos siguieron su vuelo con uno de los tentáculos, no se había equivocado, por allí veían.
Según pasaba el tiempo, el pánico se atenuaba y transformaba en miedo, se empezaba a tranquilizar viendo que aquellos seres no portaban armas ni objetos que pudieran dañarle, por eso, no lo pensó dos veces para empezar a correr a toda velocidad en dirección a su casa y buscar la protección de sus padres que tantas veces le habían socorrido en todos sus peligros.
De un salto enorme pasaron dos de ellos por encima de su cabeza y se le colocaron delante para detenerlo.
Guillermo paro en seco, quedando asombrado del brinco de los muchos metros que dieron sin esfuerzo para atraparlo, parecía que no les afectaba la fuerza de la gravedad.
¿Serían ingrávidos?.

Una especie de cascabeleo salía de sus cuerpos.
¿Estarían hablando? Si era así, ¿que modo más extraño de comunicarse, pensó?,
Seguía quieto donde le detuvieron, uno de ellos le asió suavemente del brazo, lo notó al contacto con su piel, templado y húmedo, no opuso ninguna resistencia, se había rendido, ya no temía nada, se dejaría llevar donde ellos quisieran.
A tiempo que le conducían de nuevo hacia la nube, le volvió el miedo que creía haber superado.
Le subieron encima de ella como si fuera un fardo, le metieron por una abertura como si fuese un saco, esta entrada daba acceso a una pequeña habitación, dentro sólo tenia como mobiliario unos salientes o mandos con muchos botones de luces de brillantes colores que se encendían y apagaban constantemente. La nave inmediatamente se puso en movimiento a gran velocidad, el paisaje que dejaba atrás al elevarse, se veía perfectamente por todas las direcciones, no habían ventanas, no se necesitaban, todas las paredes eran transparente, los tripulantes permanecían de pie, a él le sacaron una especie de alfombra donde le sentaron en el suelo, que también era transparente dando la sensación de que nada lo sujetaba y podría caer en cualquier momento.
Ahora que se encontraba tan cerca de ellos los podía estudiarlos mejor, -de este modo evitaría el vértigo que tenía cuando miraba hacia abajo,- dándose cuenta que sus carnes eran como las que tienen los calamares antes de freírlos, o, los pulpos antes de cocerlos , así de blanca, así de viscosa.
El que parecía jefe invitó a que Guillermo le prestara atención, pues no les hacia caso ya en nada al estar embobado por querer ver todo al mismo tiempo: la colonia donde vivía, el valle, el pueblo, la meseta, también la montaña azul cubierta por el bosque de encinas, porque de su exterior había desparecido el vapor que la rodeara, ahora era una burbuja que flotaba en el aire, se había transformado en una gran pompa lívida y transparente, como las que tantas veces confeccionara con el agua y el jabón.
Guillermo seguía sin salir de su asombro, pasaban por encima de la tierra, del campo, de las ciudades, y claro, nadie les podía ver, nadie miraba hacia donde se encontraban, porque aquella nave tampoco hacia ruido al volar como hacen los aviones, no tenía motores, era ingrávida, era invisible.
El que sería jefe, le entregó una especie de pergamino donde se podía leer en español:



D. Guillermo Matías (ese soy yo se dijo extrañado), ha sido usted seleccionado junto a otros cientos de jóvenes para empezar otra serie de contactos entre nuestras culturas, no importa el nombre que nos quieras dar, nosotros como ve también somos inteligentes, no les haremos nada dañino ni les pediremos nada que no quiera o pueda hacer, solo queremos ayudarles como lo hicimos con sus culturas antiguas:
A los egipcios les enseñamos astronomía y matemáticas, a los griegos la filosofía, con los hombres del siglo X el movimiento gótico en la edad media, más tarde a Italia llevamos el Renacimiento, ahora con el final del siglo XX toca otro capítulo:
EL DESARROLLO DE LAS COMUNICACIONES.
Nosotros de vez en cuando os ponemos las bases para vuestro desarrollo, porque con vosotros los seres “racionales” de este planeta hay que estar siempre encima, no desesperamos en ayudaros, pero se os olvidan pronto nuestros consejos.
Todo lo que llevamos de siglo, casi cien años, estáis de guerras constantes y estas han causado más de cien millones de muertos, después de tanto tiempo intentando solucionar vuestros problemas no sois capaces de llegar a conseguirlo en nada, siempre muerte, destrucción, tiranía, pobreza...muchas veces hemos dudados de vuestra racionalidad, los irracionales si matan es para comer, a lo demás no le prestan atención, así no conocen la envidia, ni la mentira, ni la maldad.
Es nuestra intención mostraros a unos pocos, para una extensión rápida por todo el planeta unas nuevas formas de vida para que volváis a comprender y procurar separar el bien del mal, amortiguar el odio, el dominio de unos sobre otros. Si conseguimos que esto sea normal dentro de otros cien años, nos daremos por muy satisfechos.
Ya te iremos guiando poco a poco en lo que tienes que hacer, ponte esta traje que te entrego porque inmediatamente vamos a desembarcar en el lugar donde vivimos.
Para entendernos usaremos la escritura, no podemos hablarle, no tenemos cuerdas vocales.
Obedeció Guillermo colocándose la ajustada funda en su cuerpo al tiempo que descendían en medio del mar por donde fueron sumergiéndose en el agua hasta tocar el fondo.
La nave se detuvo en un lugar donde había otros muchos seres como aquellos cuatro que le acompañaban, era una explanada de suelo muy brillante y limpio, esto normal pues no había polvo al estar el suelo siempre mojado.
Salieron de la pompa, ellos se despojaron de sus fundas, como la que le dieron a Guillermo.
Este, al verse rodeado de agua, temía ahogarse, pero no fue así, podía respirar perfectamente, el traje que le envolvía, aunque no tuviera botellas de oxigeno contenía aire lo que le permitía respirar sin dificultad, tampoco flotaba, ni se encontraba aplastado por la presión de los muchos metros de agua que tendría encima de su pequeña cabeza.
Le condujeron hacia un grupo de muchachos humanos como él, por ser sus estaturas de mayor envergadura, sobresalían sus cabezas de los seres que les rodeaban, los notaba a todos muy familiares, contentos y felices por estar allí en reunión..
Se le acerco a Guillermo para saludarle y darle confianza uno de los terrícolas hablándole en ingles, no le entendía nada, a cambio este en vez de palabras le devolvió una sonrisa, esto nunca falla, de la mano lo condujo donde se encontraba el resto del grupo, todos como él llevaban el traje tan pegado al cuerpo que parecían estar envueltos en plástico fino, como los que llevan las tripas de salchichón.
Pasearon un rato por el lugar curioseando todo lo que querían, viendo aquellos extraños seres ir y venir por todas partes muy animados, ya no les parecían tan extraños, pronto se había familiarizado con ellos.
Volvió el jefe de su nave y le entregó otro pergamino, este le indicaba que por aquel día bastaba con lo que haba visto.
Tenían que volver, también le advertía que no se le ocurriera comentar a nadie lo que pasaba, ni a sus padres siquiera.
La nave de nuevo le condujo hacia la tierra, habían trascurrido ya cinco horas desde que comenzó su aventura.
¡¡ Que rápido pasa así el tiempo, estando siempre asombrado!!
En pocos minutos le dejaron donde le recogieron no sin antes darle otro pergamino citándole para el día siguiente en este mismo lugar y a la misma hora.
Cuando llegó Guillermo a casa. Le peguntó su madre donde se había metido toda la tarde, aunque tampoco le había extrañado su ausencia porque era habitual en él desaparecer las horas enteras por cualquier causa. El por su parte le contestó que: jugando.
¡¡Menudo juego!! Para no olvidarlo jamás.
Apenas pudo dormir esa noche recordando lo sucedido al tiempo que esperaba con impaciencia y ansiedad la llegada del nuevo día.


Habían ansiado de veras Guillermo que llegara de nuevo la hora de la cita, se escondió para que no le viera nadie, ni siquiera su amigo Ángel, no estaba seguro de poder guardar el secreto. Y allí se encontraba en el lugar acordado desde hacia más de un cuarto de hora, debajo del gran árbol de fresca sombra.
Hoy no le interesaban los animales del día anterior, sino que quería ver aparecer cuanto antes la nube viajera.
Constantemente miraba al cielo buscándola nervioso, pero no aparecía, ¿habría llegado demasiado temprano a la cita?.
Si así era, había llegado como media hora antes de cuando debía hacerlo, mientras venían se daba explicaciones del por qué la nave iría cubierta de vapor;
Su inteligencia le dio enseguida la respuesta, al saber que aquellos seres vivían en el océano dentro del agua, tendrían que viajar en un lugar húmedo, también dedujo que: lo de respirar sin dificultad, no subir a la superficie flotando ni encontrarse pesado al andar sobre el pulido y bello suelo bajo el mar de aquel lugar tan fantástico, era sin duda el traje que le facilitaron y que le envolvía, el maravilloso traje debía contener una sustancia que con el contacto del agua, la descomponía tomando el oxigeno que esta lleva en su composición química.
Era un filtro mágico que transforma para él el agua en aire, y para los seres sin nombre, el aire en agua.
Lo demás sería cosa de densidades en la composición del material en que estaban fabricados estos trajes especiales.
Se encontraba Guillermo absorto en estos pensamientos cuando ya estaba la nube encima de él sin darse cuenta, silenciosa se le poso cercana en el suelo. Al no salir nadie y saber él ya el camino, en un periquete se encontraba en el interior, de los ocupantes oyó el cascabeleo en forma de saludo, les correspondió él hablando en español, sabia no le entenderían ni tal vez le oirían, pero no podía ser descortés.
Volaban un rato viajando por los aires al tiempo que le enseñaban el mundo a sus pies, volvieron a entregarle otro pergamino donde le daban el plan del día, les enseñarían todo lo referente a sus vidas ese día.
Nuevamente en el fondo del mar, y una vez vestido con su traje nuevo, salieron de la nave, se unió a varios terrícolas esperando la llegada de más terrestres.
Como estaban en una superficie pulimentada llena de colores, pensaron que desde la altura la verían mejor, y sin dudarlo, con la facilidad de movimiento que les diera su nueva vestimenta, subieron en unas brazadas sin dificultad unos metros para verla en su conjunto. Se maravillaron y quedaron boquiabiertos de lo que veían, era todo el suelo brillante un gran mapa mundi fotografiado, estaban de todos los continentes que forman el planeta en color marrón, los océanos y mares de azul, los ríos en verde y en color blanco los polos y las grandes cordilleras del mundo.
Guillermo enseguida reconoció España, sus ríos, sus lagos y sus montañas.
Era extraordinario y así lo comento con un compañero que tenía a su lado, este a su vez le señaló Panamá, su tierra, y el trozo con el canal que parte en dos las Americas.
Allí se hubiera pasado toda la tarde contemplando aquellas maravillas, pero tenían que volver al trabajo según les comunicaron sus maestros ya no tan extraños.
Fueron viniendo los que faltaban, y dirigiéndose todos juntos hacia una sala grande donde se encontraban varios cientos de estudiantes de medicina para una clase de anatomía, de esta forma también ellos aprenderían como estaban formados sus cuerpos. Antes les habían dado unas hojas explicativas en las que señalaban que la duración de sus vidas, era entre los 200 y 300 años, sus carnes tenían más agua que la de los humanos más 99%, en su composición, si alguien en la tierra los sorprendían, inmediatamente se convertían en un charco, sin levantar ningún tipo de sospechas.
Luego sus células básicas, no perceptibles por el ojo humano, en cualquier lugar la tomaría de nuevo, con esta agua se reencarnaría podríamos decir, pero sin haber muerto, Socialmente se constituían en familias con un patriarca al mando al que todos los miembros que todos respetaban y obedecían hasta su muerte, al que le sucedía en el cargo el miembro de mayor edad.
Formaba aquel lugar cinco grandes colonias con una población entre los cinco y seis millones de habitantes por cada una, con todos los servicios que precisaban para tantos individuos juntos (El ayuntamiento no tendrá problemas de abastecimientos de agua ni de limpieza, le comentó Guillermo guasonamente a su vecino panameño ).
Acabaron de leer las notas explicativas al tiempo que les entregaban unos auriculares que se colocaron cada uno al oído.
Empezó la charla un profesor con su característico cascabeleo, ellos escuchaban con atención en sus idiomas respectivos la explicaciones que les daban.

Les dijeron que para ello tenían miles de cintas magnéticas con todas las palabras existentes en la tierra por espacio de miles de años y en todos los idiomas hablados.
Un cerebro electrónico las ordenaba en cada idioma según los impulsos que recibía del cascabeleo de quien le hablara.
Como podéis ver dijo, este cuerpo que tenemos aquí presente no tiene vida, recemos una oración por su alma (entonces son creyentes) se dijo Guillermo, hubo un silencio y prosiguió: Nos lo han entregado para su estudio la familia HHKLS, démosles personalmente las gracias a sus familiares que están presentes, -Guillermo buscó a alguien apenado o llorando pero no los vio, tampoco le servían las lágrimas entre tanta agua- .Todos sonaron el cascabeleo, después, prosiguió: pasará a la cámara de descomposición donde desaparecerá para siempre.
“Agua eres y en aguas te convertirás” ¿os suena esto de algo a los humanos?
Podéis apreciar que este cuerpo tiene forma de medusa, como las que hay en cualquier océano del mundo, y en realidad las medusas son nuestras ramas inferiores, como los monos lo son de ustedes los humanos, existimos en el planeta millones de años antes que cualquier ser vivo de los que existe en la actualidad, somos los más viejos del lugar,
estamos en el planeta millones de años antes que los dinosaurios que tantos os impresionan, vosotros llegasteis millones de años después.
Nos hemos ido desarrollando en el tiempo hasta alcanzar hoy día el saber más elevado, somos superiores en conocimientos a cualquiera de de las formas de vida que habitan o han habitado este planeta llamado tierra. Por esos tenemos el cerebro tan grande en comparación con nuestro cuerpo, este cerebro pesa más de un cuarto de la totalidad de su conjunto de ahí la forma de medusa que desarrollamos para cubrirlo, estos se lo dijimos Darwing antes de que escribiera “El origen de las especies”.
Con una maniobra sencilla y ágil lo sacó de debajo de un caparazón y se lo mostró a todos los presentes, después de esto siguió enseñando otras partes del cuerpo “presente”hasta llegar a un racimo de salientes protuberancias menores que los tentáculos principales en un lugar escondido bajo la gran cabeza, para continuar diciendo: Entre este racimo de nervios, están todos nuestros órganos superiores, como la vista que está aquí, en el extremo de este tentáculo, el oído en este otro lugar, los intestinos en este orificio, todo esto lo iba señalando al tiempo que hablaba, a los humanos presentes les diré que no tenemos sangre ni huesos, no lo necesitamos para nuestros movimientos en el agua y así poder soportar las grandes presiones del fondo marino sin problemas.
Donde no nos diferenciamos de vosotros es en el alma, lo inmaterial, lo emocional, lo racional
Porque nuestra vida al cabo de nuestra larga existencia, se ha convertido más espiritual que vegetativa.
Vosotros en el futuro, también debéis llegar hacerlo algún día, y conseguir poder sentir más con el alma, que con vuestro cuerpo.
Ya existen desde hace unos 10.000 años entre vosotros hombres de esas características, fueron que a los primeros que empezamos a orientar, os habéis preguntado alguna vez ¿dónde estaban antes los sabios, los pintores, los poetas, los creadores, los filósofos, los profetas..?.Si tuvo que pasar más de un millón de años para que vosotros solos inventarais la rueda.
A estos primeros hombres le dimos la cultura, enseñándoles a empezar a sentir más placer por la contemplación de una obra de arte, una escultura, un cuadro, o la simple lectura de un libro que por el gusto que da la mejor bebida e incluso la comida más apetitosa.
También así fue nuestro comienzo, emocionándonos con la luz, con el saber de las cosas, con la contemplación...
Continuó durante varias horas con charlas muy interesantes de todo lo que les afectaba, haciendo constantemente mención al desarrollo de los valores espirituales, cultivar el arte y el estudio, ciencias y letras, demostrándonos que su cuerpo no tenía ninguna importancia, que era apenas nada, ¡¡solo agua!!.
Nos volvió a repetir otra vez: que es poco el sacrificio que se necesita a cambio del mucho placer que se siente cuando se alcanza el éxito.
Acordaos, de vuestros genios que os han precedido: Sócrates, Dante, Galileo, Miguel Angel, Newton, Fleming, y tantos humanos que hicieron algo de provecho para ellos y para las generaciones futuras.
Que tardaran en desaparecer sus nombres de vuestras mentes, porque se esforzaron, consiguiendo hacer un bien a vuestra humanidad, sin pedirles nada a cambio.
Yo dijo, con esta charla termino no sin antes volver a repetiros que os hemos elegido a vosotros los presentes, y a otros muchos semejantes en otros tiempos de la antigüedad, para ello hemos teniendo en cuenta principalmente vuestra edad, que es la del inicio de vuestra independencia como hombres.
La época de mayor idealismo en cada vida, tiempo donde escogeréis vuestro destino. También hemos estimado mucho vuestro cociente intelectual, vigilándoos sin que os dierais cuenta, por nuestro superior desarrollo en tecnología e inteligencia.
Quiero advertiros que no reparéis en la forma de nuestros cuerpos si os parecen son feos, también a nosotros los vuestros nos parecen feísimos, valorar más, como os he dicho antes lo que poseéis en vuestro interior que lo que mostráis en vuestro el exterior, ya sabéis, la belleza se marchita, el conocimiento y la inteligencia no.
Dio por terminado su discurso para mostrarnos en detalle aquella colonia donde habitaban, pero debíamos volver a la tierra de donde salimos no sin antes recodarnos otra vez de que deberíamos guardar silencio con todo lo oído, lo visto y lo enseñado, pues nunca nos creerían, pues los humanos todavía no tienen medios para descubrirnos por lo inaccesibles que estaban, su fácil transformación y sobre todo por lo incrédulos que eran.
Guillermo se despidió de su amigo panameño y del inglés, era con los que más había intimado, quedando verse en el futuro en cualquier lugar del mundo, pero que por supuesto no sería allí. En el fondo del mar.
Se encaminó a la nave que lo devolvería a tierra firme, una vez dentro, durante el viaje, le entregaron lo que sería el último pergamino.
Este era mucho más extenso, mejor y más bello que los anteriores., Se encontraba su nombre grabado en oro, lo abrió con gran curiosidad comenzando a leer despacio una especie de consejos escritos y numerados que decían más o menos:
Ama a tus semejantes sin límite, no te importe sean superiores o inferiores a ti, ayúdalos con todas tus fuerzas a salir de sus miserias y de su incultura.
Que tu mente mande en tu cuerpo para separar del bien del mal, de este modo tu cuerpo nunca podrá hacerlo porque tus ideas más fuertes se lo impedirán..
Luego seguían frases en estos términos con palabras como: solidaridad, responsabilidad, justicia, moral, cultural, sinceridad, dignidad, convivencia, fe, sinceridad, honradez......
Leyó una sentencia que decía: que por el estudio y la dedicación, se podía llegar a ser un Súper-Hombre, (mitad Jesús mitad Cesar), y , si no se lograba llegar a tanto, había que intentarlo mientras se tuvieran fuerzas para aproximarse lo más posible.



Guillermo, cerrando los ojos iba recordando todo esto de su lectura, no quiso continuar la misma, hasta que no fuera cumpliendo con todo lo que llevaba leído y recordaba, pues era demasiado densos los consejos, y, tenia toda la vida por delante para ir aplicándolos..

EL PERGAMINO
S.G.M.
Granada, diciembre del año 1972.

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