domingo, 27 de febrero de 2011

Miguel Giner en la consulta del médico



Miguel está en el traumatólogo para la revisión anual de la pierna. Va pertrechado con La Celestina. No le gustan las conversaciones que se entablan en las consultas de los médicos y evita por todos los medios entrar en ellas.
-    A mi me tenían que quitar un juanete y me cortaron un dedo.
-    Pues a mi me operaron de menisco hace dos años y estoy encantado.
-    ¡Uy! señores, por favor, que a mi me tienen que operar de cadera, por favor.
Miguel levanta la mirada del libro y no puede evitar compadecer a esta pobre mujer entrada en años, pero no dice nada y sigue leyendo.
De repente se le acerca un joven y le pregunta
-    ¿Sabe por qué hora va?
Si hay algo que le fastidia más que las charlas de los ambulatorios es que un memo venga, le saque de su lectura y le pregunte “por qué hora va”
Frunce el ceño. Levanta la mirada del libro y con su tono más agrio dice:
-    No tengo ni idea por qué hora va, pero no se preocupe, el doctor sale a llamar por el nombre
-    Yo soy de las once y cuarto, señala amablemente la señora.
-    Es que yo soy de las once y puede que me haya llamado mientras estaba pidiendo cita abajo en el mostrador, contesta el recién llegado.
-    Ya, pero tendrá que esperarse a que salga el doctor y consultarlo con él. Yo soy el siguiente que paso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario