jueves, 24 de noviembre de 2011

El coche y la niebla

El coche con la matrícula falsificada finalmente se detuvo delante del nuestro con un frenazo más bien brusco. Era un robusto 4x4 azul marino, cuya marca no me sonaba de nada. Daba la sensación de que no volvería a moverse de allí durante mucho tiempo. Estábamos en una carretera secundaria que no conocíamos, camino de un encuentro con unos amigos.
Al frenar, su parte trasera se nos presentó nítidamente. Amanda y yo seguimos con la mirada clavada en la matrícula; era difícil no hacerlo ya que era exactamente la misma que la nuestra.
Desde que nos dimos cuenta, y después del shock inicial, no habíamos hecho más que discutir sobre lo que debíamos hacer. Pararnos, dar la vuelta, hacerle señales o llamar a la policía. O seguir adelante. Seguimos adelante, con la mirada clavada en la placa, en nuestra placa.

Al pararnos nos miramos. Buscábamos en el otro una pista sobre qué hacer. Nos mantuvimos en silencio. El silencio lo envolvía todo. De delante de nosotros, tras el cristal, una presencia inesperada nos impedía el paso. ¿Por qué? ¿Qué quería de nosotros?

Una densa niebla comenzó a envolverlo todo. Se estaba levantando con tal rapidez que daba la sensación de que el 4X4 la estaba haciendo salir desde los tubos de escape. Al poco dejamos de verlo, y en un momento todo lo que nos envolvía afuera era una enorme masa blanca, tan blanca que costaba creer que no fuera sólida.

Encendí la radio, en un extraño gesto, supongo que para distraer el terror. Los dedos apenas acertaban con los botones. Un sonido sibilante dio paso a una voz de hombre, y a una indicación muy clara, dirigida a nosotros. Hablaba de una forma amable, casi cantarina.

No había muchas posibilidades. Hicimos lo que nos dijo. Al rato, exhaustos, casi jadeantes, vimos al coche alejarse de nosotros.

2 comentarios:

  1. Permiteme, Javier, que primero te recomiende un relato. "El amor es ciego" de Vian. Puedes leerlo aquí
    http://anabelchi.blogspot.com/2010/08/el-amor-es-ciego-i-boris-vian-1949.html
    (está partido en varias entradas)
    Muy buena atmósfera. En la primera lectura me ha costado ver el significado, pero en la segunda se ha aparecido como si se hubiese disipado en la niebla.

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  2. Muchas gracias, Luis

    me pongo con el relato

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