- La verdad es que me gustas mucho. Desde siempre. Bueno, desde siempre no, al principio me parecias un desastre, con ese pelo mal teñido y ese horrible corte. Pero despues me fije en ti, en tu cerebro, en como piensas, y eso me gusta, y ahora, ademas, has cambiado y eres una de las mujeres mas guapas que he conocido nunca.
Dije mientras encendía un cigarrillo. Necesité tres intentos para conseguir que la llama saliese del mechero de gas.
- No me digas eso. Tú sabes que no puedo tener nada contigo - me dijo colocándose el flequillo detrás de la oreja.
- La verdad es que no entiendo porqué. Has estado con tíos peores que yo solo por no estar sola - dije con un gran suspiro.
- Me conoces bien. Ya deberias saber que soy de esas mujeres que hacen mas daño cuando aman que cuando rechazan. Es mejor que sigamos siendo amigos, o lo que seamos.
Estaba intentado ser condescendiente conmigo. Cogió el cigarrillo de mis labios, dio una calada y lo volvió a colocar donde estaba.
- ¿Quien habla aqui de amor? Yo te hablo de compañia. Lo que te ofrezco no tiene nada que ver con el amor. Tiene que ver con tener alguien con quien emborracharse los viernes. Tiene que ver con tener compañía los sabados por la noche. Con un polvo a la semana, si es que se me levanta. Tiene que ver con no estar solo. Y después, si se cruza alguien en tu camino, pues te vas con él, pero mientras tanto, viviré la fantasía de que me amas.
- No cowboy. El amor, aunque sea una fantasia, tambien es amor.
Dije mientras encendía un cigarrillo. Necesité tres intentos para conseguir que la llama saliese del mechero de gas.
- No me digas eso. Tú sabes que no puedo tener nada contigo - me dijo colocándose el flequillo detrás de la oreja.
- La verdad es que no entiendo porqué. Has estado con tíos peores que yo solo por no estar sola - dije con un gran suspiro.
- Me conoces bien. Ya deberias saber que soy de esas mujeres que hacen mas daño cuando aman que cuando rechazan. Es mejor que sigamos siendo amigos, o lo que seamos.
Estaba intentado ser condescendiente conmigo. Cogió el cigarrillo de mis labios, dio una calada y lo volvió a colocar donde estaba.
- ¿Quien habla aqui de amor? Yo te hablo de compañia. Lo que te ofrezco no tiene nada que ver con el amor. Tiene que ver con tener alguien con quien emborracharse los viernes. Tiene que ver con tener compañía los sabados por la noche. Con un polvo a la semana, si es que se me levanta. Tiene que ver con no estar solo. Y después, si se cruza alguien en tu camino, pues te vas con él, pero mientras tanto, viviré la fantasía de que me amas.
- No cowboy. El amor, aunque sea una fantasia, tambien es amor.
Volvió a quitarme el cigarrillo de la boca, aunque esta vez no fue para fumar, si no para besarme.
Amores descarnados, la pur(t)a realidad las mas de las veces.
ResponderEliminarGracias, Javier, esa era la idea.
ResponderEliminar¡Uf! amores descarnados.
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