jueves, 23 de diciembre de 2010

Una noche (sin adjetivos ni gerundios)

La puerta la abre una mujer de unos treinta años con una melena pelirroja que cae sobre sus hombros haciendo blucles. “¿Mamen? Hola, soy el amigo de Coke” digo con una sonrisa. Me invita a pasar a su casa. “Coke llegará tarde, pero estás en tu casa ¿quieres beber algo? yo voy a tomar un cosmopolitan”. Se lo agradezco y me siento en un sofá en el que, de sentarse dos personas, estas tendrían que tenerse mucho cariño. Cuando se dirige a la cocina veo que luz hace que su pelo tenga reflejos de distintos tonos de rojo cuando mueve la cabeza. Viste una falda negra de tubo por la rodilla, unas medias negras con costura, una camisa de hombre y un chaleco de lana gris.
- Perdona, no me he quitado los zapatos al entrar - digo al ver que está descalza.
Se mira los pies y sonríe, abre un armario y saca unos zapatos de charol rojos, planos. Se disculpa y dice que con las prisas olvidó calzarse.
Puedo ver como prepara los cocktail detrás de la barra de la cocina americana y la ofrezco mi ayuda. Ella hace la mezcla y yo agito la cocktelera. Me siento de nuevo en el sofá con una copa en la mano mientras ella pone un vinilo de Credence Clearwater Revival.
Se sienta a mi lado y comenzamos a charlar primero sobre amigos comunes, después sobre rock de los años sesenta. Hacemos un par de bromas sobre músicos muertos. Cuando la oigo reir lo único que me apetece es que ria mas. A pesar de que estoy en la casa de una desconocida me siento cómodo. No puedo ver ningún resto de suciedad por ninguna parte y cada cosa tiene su lugar.
Me fijo en un cuadro sobre la pared. Dice que es un Warhol autentico que consiguió en una subasta en Londres con el dinero que habia ahorrado para un coche.
Suena el timbre. Es Coke. Al entrar reparte risotadas, abrazos y besos. Mamen le ofrece un cosmopolitan.
- Que es ¿la cosa esa rosa que estais bebiendo?. Déjate de mariconadas y ponme un vodka con hielo. Joder, que limpio lo tienes todo. Un día tienes que venirte a casa y me la limpias. La casa, digo. Anda ¿Y esa mierda de cuadro? Pensaba que una chica como tú tendría mejor gusto.
Los dos ríen la primera gracia. Lo segundo lo dice en serio, aunque puede que lo primero tambien.
Durante la cena Coke cuenta un chiste sobre la polla mas grande del mundo. A los postres cuenta otro sobre la mayor mierda. Entre plato y plato enciende un cigarro sin pedir permiso, echando la cenica en una copa vacia.
Me despido con el último sorbo de te verde servido en un juego de procelana japonés. Creo que prefiero dejarlos disfrutar de la noche a ellos solos.

4 comentarios:

  1. A mí gusta mas la otra versión.
    Me gusta más, por ejemplo "su risa era agradable" a "Cuando la oigo reir lo único que me apetece es que ria mas".
    El ritmo de esta versión me parece más forzado, menos fluido.Se sacrifica luminosidad y colorido a la narración para conseguir exactitud, detalle. Muy de Borges.

    ResponderEliminar
  2. Luis, de todas formas, podría salir un relato la mar de jugoso de lo que ocurre cuando Keko y Mamen se quedan solos...

    ResponderEliminar
  3. Puede que si, pero tambien puede que lo que salga de ahi sea merecedor de un premio "sonrisa vertical".

    ResponderEliminar
  4. Claro, de eso se trata. Puedes proseguir las investigaciones de Rojas y Rascón en su casa y así matas dos pájaros de un tiro.

    ResponderEliminar